A principios de los 80 casi se había extinguido en Mallorca, las mayor de las aves de Europa: el "voltor negre", Aegypius monachus, cuyas alas alcanzan una envergadura de hasta 2,70 m.
Cuando, majestuoso, con su vistoso plumaje negro pardusco, sobrevuela las cumbres de la Tramuntana, acapara las atentas miradas de todos los excursionistas y ornitólogos.
Entretanto, su permanencia, con una colonia de más de 100 miembros, se considera garantizada gracias a un amplio programa de protección y cría controlada en la que se ha volcado de manera especial la doctora Dª Evelyn Tewes. Esta bióloga austriaca trabaja para la Fundación para la Conservación del Buitre Negro. El proyecto cuenta con el apoyo fundamental del Gobierno Autonómico de las Baleares y de la Sociedad Zoológica de Francfort del Meno (Alemania). Adicionalmente, el proyecto ha sido apoyado por LIFE Nature de la Unión Europea los últimos ocho años.
Estos son unos momentos en los que a la Dra. Tewes la invaden la rabia y el dolor. Este año se han encontrado ya dos buitres muertos; ahora estamos investigando si fueron víctimas de algún cebo envenenado. Antaño a veces ocurría que a esta especie en extinción – en Mallorca se encuentra, por cierto, la única colonia insular en todo el mundo - se la cazaba con cartuchos de perdigones. Por ello, una parte importante del programa de protección consiste en explicarle a la población la vida de estas aves.
Entretanto ya hemos conseguido grandes éxitos. "En el 2005 nacieron ocho pollitos, de los cuales han sobrevivido siete", nos cuenta emocionada Evelyn Tewes, portadora ya de varios galardones por su encomiable labor. El último galardón le fue otorgado el pasado mes de marzo en la Bolsa Internacional de Turismo, en Berlín: la "Palma verde" que concede la revista Geo Saison a quienes se emplean ejemplarmente en la protección del Medio Ambiente.
La ilusión de los protectores de los animales es poder crear una red de espacios vitales para las aves que una la península ibérica y las Baleares, a través de Francia hasta los Balcanes. Estos proyectos internacionales están siendo coordinados desde Mallorca. El año pasado hubo diez buitres negros prevenientes de Extremadura que fueron llevados al Sur de Francia con el fin de que se afincaran en las regiones prealpinas para reforzar la colonia allí existente.
El buitre negro no es, por cierto, ningún calvorota como algunos de sus congéneres. Tiene la cabeza adornada con plumas en forma de gola que, con un poco de fantasía, recuerda al collar con que se adornaban algunos monjes y que le ha valido también el nombre de "buitre monje".