Desde la ventanilla del avión los podemos ver por docenas. No cabe duda alguna de dónde estamos. Nos dan la bienvenida mientras cruzamos Es Pla, la llanura central. Nos acompañan durante nuestro aterrizaje. Pero ¿estarán ahí siempre los molinos de viento para darnos la bienvenida?
Eran parte de las necesidades de la vida, usados por los agricultores para moler grano y bombear agua. Actualmente, su presencia es tan inseparable del patrimonio de la isla que, en 2004, el gobierno mallorquín elaboró un proyecto dedicado a su restauración y conservación.
De los tres mil molinos de viento de la isla, algunos del siglo diecisiete, seiscientos son lo que llamaríamos “clásicos” y son los más comunes. Se reconocen por sus aspas de madera y su “sombrero” de punta y se utilizaban para moler grano. Los molinos de viento que vemos al aterrizar en el aeropuerto de Palma, los más simbólicos de Mallorca, son molinos para extraer agua. Hay unos dos mil quinientos de este tipo, concentrados en su casi totalidad alrededor de localidades del sur, como Palma, Campos y Ses Salines, o hacia el centro de la isla, cerca de Sa Pobla y Muro. Se caracterizan por su “flecha” y se usaban para bombear agua a un “sofret” o depósito de agua. El molino de viento para extraer agua más antiguo y más común es el “Ramell”, con aspas de madera que se abren manualmente, razón por la que el tejado de la torre es plano. En general, éstos están en mal estado de conservación y a veces solo pervive la torre. Los modelos más recientes son los de aspas metálicas, pensados para facilitar su uso y alargar su duración.
Nadie sabe más de molinos de viento que Aina Serrano. Es la coordinadora del Programa de Patrimonio Industrial Histórico lanzado por la Consejería de Medio Ambiente. Desde un taller en el aeródromo de Son Bonet, en Pont d’Inca, dirige un pequeño equipo de artesanos que, hasta la fecha, han restaurado unos cuarenta molinos. Además de los muchos molinos de viento en los que trabaja su equipo, este proyecto se ocupa también de los molinos de agua y de tracción The Windmills of Mallorcaanimal y los molinos de aceite de oliva. El Gobierno mallorquín desea facilitar gratis los servicios de estos trabajadores cualificados, animando a los propietarios de molinos de toda la isla a participar en este proyecto; el propietario sólo tiene que pagar los materiales. “Restauramos todos los molinos para que sean totalmente funcionales, si el propietario lo desea, utilizando exactamente los mismos materiales, cuando sea posible, que fueron utilizados en su construcción original, dice Aina”.
Actualmente hay más de diez mil elementos, incluyendo molinos de viento, que reúnen las condiciones para participar en este proyecto. “¡Sí, restaurarlos todos nos llevará bastante tiempo!”, dice Aina, “por lo que nuestro objetivo es formar artesanos por toda la isla para que pueda participar más gente”.
El molino de viento “Sa Planeta”, en Andratx, propiedad del municipio, fue uno de los molinos restaurados por el equipo de Aina.